Jørgen Sneis: Phänomenologie und Textinterpretation: Studien zur Theoriegeschichte und Methodik der Literaturwissenschaft, De Gruyter, 2018

Phänomenologie und Textinterpretation: Studien zur Theoriegeschichte und Methodik der Literaturwissenschaft Book Cover Phänomenologie und Textinterpretation: Studien zur Theoriegeschichte und Methodik der Literaturwissenschaft
Historia Hermeneutica. Series Studia 17
Jørgen Sneis
De Gruyter
2018
Hardback 89,95 € / $103.99 / £82.00
ix, 317

Sarah Hammerschlag: Broken Tablets: Levinas, Derrida, and the Literary Afterlife of Religion

Broken Tablets: Levinas, Derrida, and the Literary Afterlife of Religion Book Cover Broken Tablets: Levinas, Derrida, and the Literary Afterlife of Religion
Sarah Hammerschlag
Columbia University Press
2016
Paperback $30.00
272

Reviewed by: Esteban J. Beltrán Ulate (Universidad of Costa Rica)

Sarah Hammerschlag en su obra Broken Tablets: Levinas Derrida and Literary Afterlife of Religion, editada por Columbia University Press, incursiona en el terreno de los estudios religiosos a partir de dos importantes referentes: Emmanuel Levinas y Jacques Derrida. El orden de la presente exposición será mediado por la estructura misma de la obra, esbozando una serie de consideraciones capitulares y finiquitando con breves consideraciones generales. El texto se compone de las siguientes secciones: Preface (0), What must a Jewish thinker be (1), Levinas, Literature and the run of the world (2), Between the Jew and writing (3), To lose one’s head: Literature and the democracy to come (4), Literature and the political-theological remains (5), Epilogue: There is not a pin to choose between us (6).

La sección Preface (0) nos enfrenta al objetivo del estudio: comprender la lectura de Derrida de la obra de Levinas y a la vez atender al significado de una lectura conjunta de Levinas y Derrida en el marco de los estudios de la religión. En Derrida son múltiples los ecos y reverberancias de la obra levinasiana, no solo como comentador e intérprete sino incluso como deformador. La obra de Sarah apunta a un recorrido de esos momentos cruciales en los que la traza de sus diálogos permite una lectura de categorías como religión y literatura. En este apartado se señalan tanto las diferencias como las consonancias de los autores y se explicita al lector el marco de referencia de la obra, aportando nuevos insumos para los estudios en filosofía de la religión.

El primer capítulo, What must a Jewish thinker be (1), procura una diferenciación entre la religión y la literatura, a partir de las proximidades de ambos autores, considerando sus implicaciones políticas. El corazón del capítulo y en general del libro se enfrenta a la pregunta: ¿cómo debe ser un pensador judío?

El apartado desarrolla los puntos de inicio del pensamiento de los autores -Levinas con el judaísmo y Derrida con la Literatura- así como el sentido en el cual ambos pensadores formulan su identidad judía. Hammerschlag despliega una descripción de diferentes aspectos abordados por Derrida en múltiples textos, en los que realiza tanto un interpretación de las tesis levinasianas (noción de paternidad, idea del tercero) como una re-lectura de los relatos de la tradición judía (sacrificio de Isaac). Para Derrida la literatura está ineludiblemente atada a los textos religiosos de la comunidad abrahámica. Posteriormente se desarrolla una dimensión particular de la ironía, como herramienta que mantiene y da sentido a la comunidad.

Las conexiones históricas entre Derrida y Levinas se presentan a lo largo del apartado, desde sus primeros encuentros hasta el proceso de madurez de “Violencia y metafísica”, prestando atención a “momentos/palabra” de resonancia, como Dieu. Aunado a esto la autora describe algunos pasajes donde se perfila el carácter de ironía, haciendo referencia a ciertos textos. En un apartado posterior se presenta un abordaje de la noción de Decir (Dire) en Levinas, y sus resonancias en Derrida, especialmente en la relación del acto de habla como manifestación de la relación del cara-a-cara (face-to-face).

Las proximidades entre los autores se descubren en el análisis de la significación de Husserl en Investigaciones Lógicas, así como en las relaciones entre Religión y Literatura, tema que es asumido de manera distinta por ambos filósofos. La autora hace mención puntal de los aspectos que llevan a Derrida a desarrollar un trabajo a partir de las fisuras de la obra levinasiana, construyendo así una filosofía desde la ruptura con la filosofía de Levinas, pero, a la vez, reconociéndolo como su fuente de inspiración. Como expresa Hammerschlag: “For Derrida this is indeed the promise of literature and the obligation that Derrida took up as a mens of expressing his fidelity to Levinas” (p. 34). El capítulo finaliza con el reconocimiento del legado de ambos autores que, más allá incluso del nivel filosófico y político, resuena a partir de las categorías de religión y literatura.

El capítulo, Levinas, Literature and the run of the world (2), se inclina por la contextualización, atendiendo a la postura de Levinas respecto a la Literatura. Inicia con una detallada descripción de la situación judía intelectual en Francia a comienzos del siglo XX, y marca el modo en que tanto Levinas como Derrida son herederos de ese contexto. Respecto a los inicios de Levinas en el contexto académico francés se refiere la relación con Kojève, con Wahl, así como su papel en la introducción de la fenomenología de Heidegger y Husserl en la esfera francesa. La autora encamina al lector por las principales fuentes de influencia y de contrastación literaria con las que interactuó Levinas, y a su vez como estas colaboraron en el diseño de la noción de ser judío.

Para Hammerschlag la sensibilidad en cuanto a la relación entre Filosofía, Religión y Literatura en Levinas se evidencia a partir del ensayo De l’évasion (1930). Afirma que: “The essay thus presents literature and religion as accomplices in this narrative of failed escape” (45). De igual manera encuentra momentos de encuentro entre literatura y religión en los textos del período de guerra -cerca de 1946- que posteriormente serán profundizados (en lo que respecta a la noción de metáfora) en los años 60`s durante su participación en Jean Wahl`s Collége Philosophique.

La autora hace una delicada mención al contexto literario que circula en las principales revistas con aportaciones de pensadores emergentes y en auge en el contexto de entreguerras, bajo el análisis de la esencia de la literatura y su relación con la filosofía, la ética y la política; los nombres de Sartre, Proust, Blanchot, Bataille, Heidegger serán constantes en estas relaciones y discrepancias con la mirada de Levinas. Se finaliza el capítulo haciendo una referencia a las cercanías del filósofo lituano con el movimiento personalista de Emmanuel Mounier, así como con los interlocutores de tradición católica, tales como Marcel, Jamkélévitch, Maritain, Minkowski.

El tercer capítulo, Between the Jew and writing (3), presenta la posición de Derrida sobre la literatura. Se inicia indicando el carácter inductivo que logra Ricoeur en Derrida para su introducción en la obra levinasiana, específicamente a partir de Totalité e Infini. El concepto de diferencia será la primera reflexión que Derrida asumirá en medio del estudio de la obra de Levinas.

La autora desarrolla el itinerario intelectual de Derrida, desde sus cercanías con Ricoeur, hasta el desarrollo de sus textos de la mano de las lecturas de la obra levinasiana, así como su acercamiento a la obra husserliana. La noción de misterio desarrollada por Marcel será un eje temático que asumirá Derrida en su crítica. En la obra se presenta la auto-caracterización que Derrida emite sobre su relación con lo griego y lo judío.

En la ruta de Derrida tendrá en común con Levinas, por un lado, los encuentros con la obra de Heidegger y Blanchot; y por otro, serán reconocidas las invocaciones a la literatura de Nietzsche (algo a lo que Levinas no era fiel). Las críticas y reinterpretaciones de Zarathustra por parte de Derrida serán expuestas por la autora, teniendo en mente las trazas de la mirada levinasiana. Categorías como metáfora y escatología estarán difuminadas en algunos momentos del proyecto de Derrida. En este sentido, señala que: “Eschatology is thus rethought through an alternative metaphor, not through la croix but throuhg le creux” (p. 90). Se expone la influencia de la obra de Mallarmé en Derrida cerca de 1960, por medio de Edmond Jabès.

Hammerschlag reconoce que en el texto Ellipses es donde se perfila de manera temprana la relación entre religión y literatura por parte de Derrida, de igual manera expone como por medio de la relación de Levinas con la tradición judía articula la dicotomía entre literatura y religión. Es notorio, dada la descripción de la autora del texto, como Derrida bebiendo de la fuente de Levinas procura nuevas ramificaciones en su pensamiento, a partir de la noción de libertad.

La lectura de Difícil Libertad por parte de Derrida, será fundamental en la re-investigación de su identidad judía. En este momento se presenta un interesante retrato a propósito de las diferencias entre los contextos judíos de ambos autores y de su situación entre-guerra y post-guerra. El capítulo finaliza retornando al momento del encuentro entre Levinas y Derrida en el marco del Coloquio de Intelectuales Judíos de lengua francesa, y exponiendo las tesis ético-políticas expuestas por Levinas y sus subsecuentes resonancias en Derrida.

En el capítulo To lose one’s head: Literature and the democracy to come (4), se analizan las repercusiones de la imbrincación entre el pensamiento de Levinas y el de Derrida. Inicia exponiendo ideas a propósito de las tesis de Derrida en un seminario titulado “Literature and Truth” en 1968, así como las líneas de su obra asumidas por los intérpretes de la obra derrideana. Para Hammerschlag la tarea llevada a cabo en el capítulo es mostrar cómo Derrida establece la literatura como un componente necesario y, a su vez, cómo por medio de la literatura se ejercen operaciones políticas relacionadas a la religión.

Es a partir de las lecturas de la obra de Levinas que Derrida formula sus propias categorías de trabajo. El apartado hace una transición de la lectura poética de Levinas a la lectura política a partir de una visión ética. Se afirma que: “Levinas describes the voice of the prophet, the escatological voice as the voice that interrupts history, that refuses to wait, that insists on a justice independent from teleology” (p. 123). Por su parte, se presenta la noción de “autoinmunidad” de Derrida, en contraste con las tesis de Levinas expuestas en Other wise than being. La autora también refiere la distinción entre la dicotomía del discurso científico (ciencia y medicina) y el disruptivo (profético y poético) por parte de Levinas en Other wise than being y por parte de Derrida en Faith and Knowledge.

A lo largo del apartado se sigue evidenciando el contraste entre las diversas categorías que se hallan en los autores, recargando tintas en la noción de religión, y explicando con gran detalle el carácter derrideano que se extiende más allá de la mirada levinasiana de lo “sacro” y “santo” a partir de la teorización que deviene de su reflexión desde la categoría de “marrano”. Con gran elocuencia Hammerschlag dice: “Levinas provides a kind of curriculum vitae in order to situate his work. Derrida, in contrast, introduces the reference to the Marrano to complicate the relation between his autobiography and his writings” (p.130).

El capítulo vuelve a dar un giro hacia lo político y se examina la mirada de Levinas a propósito del sioniosmo y la situación con Palestina, así como las reflexiones en orden a “el tercero” y “el otro” en el marco de la justicia. Por su parte se retoma la categoría de Derrida denominada como “Principio de Diseminación”. El apartado finaliza con la posición de Derrida a propósito de la mirada reflexiva de la noción de secreto -literatura del secreto- y la concepción de perdón -literatura del perdón-, ilustrando con fuentes como Kafka o relatos del Bereshit (Abraham, Noe). Frente a las concepciones de autores que apelan a retornar al sitio del misterio teológico o al modelo de religión como irrupción mesiánica de lo político, Derrida propone volver a la literatura. Como manifiesta la autora: “Derrida proposes literature as inheriting from all these traditions, but in a form that divest itself of authority, originality, exclusivity, or primacy” (p.150). Con gran astucia concluye elaborando una discusión respecto a la literatura y su carácter no-revolucionario, en contraposición a la soberanía de lo autónomo: una reflexión política abierta.

El capítulo quinto, Literature and the political-theological remains (5), se ubica en las implicaciones del modelo derrideano de teología política. La autora pone en discusión el proyecto de pensar la literatura como un legado religioso que debe ser necesariamente parte del imaginario dentro de un contexto democrático. En este sentido: «Literature can show us the opacity of the subject but without the necessity of invoking transcendence» (p. 157). El apartado presenta las críticas de Judith Butler respecto a las tesis tanto de Levinas como de Derrida, desde una lectura religiosa-política, lo que permite al lector contrastar a ambos autores y reconocer sus límites desde una lectura de un tercero (en este caso de Butler).

El apartado desarrolla una reflexión a propósito de la religión y la posibilidad de la literatura a partir de un diálogo entre Derrida y diversos autores, como Patocka, Kierkegaard, Baudelaire y Nietzsche, teniendo como categorías de discusión el cristianismo y el relato de Abraham e Isaac (sacrificio). Se expone también la relación entre literatura y terror, con la injerencia de Blanchot y Paulhan para acompasar las tesis de Derrida.

El capítulo finaliza retomando las nociones de literatura y secreto, una lectura a cuatro manos (Derrida y Levinas), reconociendo las distancias y cercanías de los autores, repensando el carácter pedagógico de la literatura que es capaz de exponer y ocultar el secreto por medio del lenguaje; así: «Literature would thus teach us to see language itself as simultaneously exposure and masking, yet it would also teach us how to recognize its features at play and how to reread religious text in light of them» (p. 177).

En la última sección intitulada Epilogue: There is not a pin to choose between us (6) la autora juega con diversos elementos de la literatura derrideana para colocar al lector frente a una pregunta que le inquieta retrospectivamente a la elaboración del libro y que, a su vez, enfrenta al lector con el mismo problema: «the last word» (p. 189).

Sarah Hammerschlag en su obra nos pone frente a un tejido de textos, cuyas fuentes rebosan de sentido. El delicado tratamiento de las fuentes y la elocuente mediación en las relaciones posibilitan el goce en los estudiosos que buscan ahondar en las cercanías y distancias entre Levinas y Derrida. Más allá de las discusiones y diálogos a propósito de los autores, se expone la literatura religiosa y su praxis por medio del actuar en el mundo. Las aberturas del tejido elaborado por la Profesora Hammerschlag llevan al lector constantemente a detener la lectura y re-pensar las categorías enfrentándose permanentemente al texto. En el libro son muchas las voces, el tratamiento discursivo resulta ser como un oleaje constante reventando en la costa de la conciencia del lector, avivando la llama del secreto y el misterio.